“Lutero” es un nombre que no deja indiferente a nadie que lo escucha, es un símbolo de un cambio, de un antes y un después. Es un símbolo de modernidad. Martín Lutero (1483-1546) fue un teólogo alemán y monje agustino que el día 1 de noviembre de 1517 colgó en la puerta de la Universidad de Wittemberg (Sajonia) sus 95 tesis contra la predicación de indulgencias*.
Este hecho inició su crítica hacia la Iglésia católica: protestaba por la frivolidad del clero, que vivía en una sociedad muy necesitada de una atención religiosa, por la nefasta situación en la que se encontraba; y sobretodo protestaba por la compra-venta de indulgencias por parte de Iglésia. La crítica de Lutero consiguió expandirse rápidamente por un clima de descontento general hacia la Iglésia durante la época Bajomedieval.
Las ideas que proclama Lutero son básicamente: la predestinación, es decir, que Dios ya tiene decidido el destino de cada alma, y nadie puede hacer nada para cambiarlo; la teoría del sacerdocio universal, en la cual cuestiona abiertamente la autoridad de la Iglesia, ya que esta actua como mediadora entre Dios y los fieles, proclamando que cualquier buen cristiano debe leer la Bíblia y sacar sus propias conclusiones.
Lutero fue convocado en diversas ocasiones para retractarse ante la Iglesia, hasta al final ser excomulgado. En una de las Dietas** en las que fue invitado a retractarse, pronunció una frase que sería recordada para siempre:
<< No puedo ni quiero retractarme porque no es bueno ni sincero actuar contra la propia consciencia ¡Que Dios me ayude! Amén >>
Esta frase es símbolo de la individualidad que empezaba a brotar en Europa, una característica propia de la modernidad, una diferencia clara con la época medieval en la cual la colectividad era lo más importante. Para muchos historiadores, la aparición del luteranismo es el punto de inflexión entre la Edad Media y la Edad Moderna.
El luteranismo, por lo tanto, se extendió a lo largo de toda Europa y más tarde, con la aparición de otro personaje, Juan Calvino, se consolida la Iglesia protestante. Esta división en el seno del cristianismo, provocó lo que se conoce como las Guerras de Religión, que mantuvieron la actividad belicosa en Europa durante los inicios de la época moderna.
Esto solo es una breve introducción al personaje de Martín Lutero. Supongo que en esta breve publicación, podeis haceros a la idea de porqué no deja indiferente a nadie, como bien he dicho en el primer párrafo.

*Según la RAE, las indulgencias son la remisión ante Dios de la pena temporal correspondiente a los pecados ya perdonados, que se obtiene por mediación de la Iglesia.
**Las Dietas son las asambleas políticas y legislativas usadas por el Sacro Imperio Germánico, y presididas por el Emperador.
Texto copiado integramente del blog Servum temporis
No hay comentarios:
Publicar un comentario